PRODUCTIVIDAD Y HUELLA ECOLÓGICA: EL EQUILIBRIO QUE SALVA EL PLANETA.

El año 2020 debería haber sido crucial para alcanzar los objetivos clave en términos de la conservación de la naturaleza.

Se ha hecho mucho, pero aún queda mucho por hacer. Y el extraordinario momento que estamos viviendo nos recuerda lo importante que es proteger los ecosistemas del planeta, que a menudo son severamente puestos a prueba por la presencia del ser humano y sus actividades. 

El Día Mundial de la Biodiversidad*, celebrado el pasado 22 de mayo, invita a una reflexión: es importante (re)encontrar la justa medida entre las actividades humanas y el respeto de los equilibrios ecológicos, fundamentales no sólo para las especies animales y vegetales sino para la propia supervivencia de la humanidad.

Nosotros lo sabemos bien: para que sea buena, una receta debe ser equilibrada en los sabores, los ingredientes y las texturas. Lo mismo ocurre con la protección del medio ambiente y es por ese motivo que la receta de la cadena de suministro de Pomì aspira al equilibrio entre productividad y huella ecológica.

La calidad es el requisito esencial de todos los productos Pomì y se está convirtiendo cada vez más en sinónimo de sostenibilidad ambiental y ética social y económica. Estamos cada vez más seguros de que cualquier acción dirigida a adoptar comportamientos éticos y sostenibles representa un valor añadido para toda la cadena de suministro. Y nuestra manera de producir con (com)pasión se basa en este pensamiento. 

Las tres P de la huella Pomì

Personas: 

Elegir mantener nuestra producción en el campo cerca de las plantas significa apoyar la producción del territorio y devolver directamente a nuestra comunidad, los agricultores del Consorcio.
 

Planeta:

Tenemos en cuenta la huella ecológica de todos nuestros productos no sólo en el momento del cultivo sino en toda la cadena de suministro. Ciertamente el territorio, guardián de nuestro corazón rojo, es el primer activo fundamental que nos comprometemos a respetar y preservar mediante el desarrollo de buenas prácticas agrícolas cada vez más innovadoras en materia de sostenibilidad, con especial atención a la eficiencia energética e hídrica, con miras a reducir nuestra huella ambiental.
 

Producto: un pequeño patrimonio de biodiversidad

Los tomates frescos constituyen sin duda el centro de nuestra atención y la relación entre la agricultura y la biodiversidad está en primer lugar.

Así lo confirman las palabras de Davide Rocca, Gerente Agronómico de Pomì:

“En las tierras cercanas a los campos de tomates, cultivamos esencias que contribuyen a la polinización para aumentar la biodiversidad, cuidar el ecosistema y el territorio, que debe ser productivo pero también saludable”.

Para hacer tomates hay que defenderlos pero de manera sostenible. En Pomì, cumplimos con estrictas regulaciones de producción y calculamos índices de sostenibilidad en todas las etapas de producción y procesamiento de los tomates.

Porque sólo el equilibrio correcto entre productividad y huella ecológica puede garantizar el bienestar del Planeta y sus ecosistemas.