SLOW KITCHEN: SLOW LIVING EN LA COCINA

Con las vacaciones de verano que pasaremos no muy lejos de casa este año, es hora de cambiar de perspectiva, bajar una marcha y aprovechar los consejos de Slow Living, una práctica ya adoptada por muchas personas que ven los beneficios en muchos aspectos de la vida cotidiana. 

Disfrutar de los pequeños placeres cotidianos como un almuerzo en compañía, un momento de aire fresco, un desayuno en la cama, incluso el aburrimiento, sin dejar de ser productivos pero encontrando su propio ritmo, dedicando tiempo y, sobre todo, atención a cada momento, empezando por los que se pasan en la cocina.

El Slow Living en la cocina

Una mesa bien preparada, comida verdadera cocinada de forma sencilla y saludable. Son gestos aparentemente triviales, pero que en realidad pueden transformar la cocina en un espacio slow donde siempre se puede encontrar paz y tranquilidad.

Comer según la temporada, cocinar usando ingredientes básicos escogidos a granel, en lugar de comprar todo listo. El espíritu de la Slow Kitchen implica una especie de “regreso a los orígenes en la cocina”.

Esto también significa comer mejor, descubriendo el placer de platos vinculados al período específico del año y al territorio, evitando el desperdicio y caracterizando la propia cocina con ingredientes inéditos, poco considerados.

Pero también significa crear un verdadero ritual alrededor de la mesa que toma forma en los pequeños gestos que hacemos: poner la mesa con cuidado, con un bonito y fresco mantel recién lavado y un ramo de flores sólo para nosotros.

Significa tomarse el tiempo para probar y sentir lo que hemos preparado - concentrándose en cada bocado - o dedicar algo de tiempo para preparar una receta, apreciando su transformación en nuestras manos.

Slow Food

Cocinar es una gran manera de vivir una vida lenta y consciente. De hecho, la filosofía Slow Food se centra en la preservación de las tradiciones culinarias y en la comprensión de cómo se producen los ingredientes que componen nuestros platos, y en evitar el desperdicio.

La cocina se convierte así en una experiencia consciente, que se centra en estar presente e involucrar los sentidos, no sólo mientras se come sino también mientras se corta, se amasa y se mezcla.
 

Esta es nuestra receta slow favorita para el verano hecha con materias primas frescas, de temporada y sin desperdicios: el pastel de anchoas

INGREDIENTES

PREPARACIÓN

Limpiar las anchoas quitándoles el espinazo. Pelar las patatas, cortarlas en rodajas finas y escaldarlas durante 30 segundos en agua hirviendo. Cortar la mozzarella y cocer durante 15 minutos el Puré de tomate clásico Pomì con aceite, albahaca y sal. Componer la torta creando tres capas de patatas, anchoas, mozzarellas y tomate. Hornear a 180º durante 12 minutos